Asamblea Nacional rinde homenaje a los Héroes y Mártires de los Sabogales

En conmemoración al 43 aniversario del tránsito a la inmortalidad de los Héroes y Mártires de Los Sabogales, la Junta Directiva, presidida por la primera vicepresidenta diputada Maritza Espinales y la primera secretaria diputada Loria Raquel Dixon y diputados de la Asamblea Nacional participaron en los homenajes que rindió el pueblo de Monimbó a la gesta heroica del comandante Camilo Ortega, Arnoldo Quant, Rito Rivera, y otros guerrilleros quienes se enfrentaron con valentía a la guardia somocista.

“Camilo, Apóstol de la Unidad, unidad demostrada con el Frente Sandinista, es una unidad completa organizativa y disciplinada, Rito, Arnoldo, Bosco Monge, todos ellos derramaron su sangre para tener este maravilloso día reflejado en ferias de salud, emprendimientos, baile y el pueblo de Nicaragua que está viviendo en paz y armonía”, expresó la diputada Espinales, luego de presidir la colocación de la ofrenda floral en la Casa Museo de Los Sabogales.

Los diputados y diputadas visitaron la Casa Mueso en Honor a los Héroes y Mártires de la Gesta Heroica de Los Sabogales donde colocaron una ofrenda floral en el Mural dedicado a los valientes guerrilleros que ofrendaron sus vidas por la libertad de Nicaragua y luego se dirigieron hacia el Cementerio de Monimbó, Masaya, donde colocaron otra ofrenda floral en las tumbas de los héroes.

La diputada Espinales reafirmó el compromiso del Frente Sandinista, del pueblo de Monimbó participante de los actos “a seguir firmes en la construcción de esta Nicaragua en paz y en armonía conducida por el comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario”.

Para la diputada Eveling Aburto, originaria de Masaya, esta gesta de los héroes de los Sabogales “es un ejemplo de dignidad, de patriotismo, de lucha por la libertad, por el respeto, la igualdad y los derechos de los nicaragüenses”.

El 26 de febrero de 1978 en el sector de Los Sabogales, el comandante Camilo se enfrentó a la guardia somocista un 26 de febrero de 1978, cuando se disponía junto a Arnoldo Quant y Moisés Rivera a afinar los detalles de la Ofensiva Final para liberar a Nicaragua de la tiranía de los Somoza.

Con pocas armas y municiones, los jóvenes guerrilleros le hicieron frente al enorme batallón de la guardia genocida, que logró capturarlos heridos para luego torturarlos y asesinarlos. Hoy han pasado 43 años, y en el Frente Sandinista y en el pueblo de Nicaragua persiste el legado de unidad que dejó el comandante Ortega y sus compañeros de lucha.